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Un Instante

Imagen tomada de la red
Imagen tomada de la red

 

Amanecí dulcemente entre tus brazos
La luz del alba rozo tímidamente tu piel
Cual beso tierno del amante fiel
Y mostro de tu rostro los bellos trazos

Fue un instante hermoso
Sentirme arropado por tus manos
Mientras sentía en mi rostro tus suspiros
No podría haber hombre más orgulloso

Sentir la cálida calma de ese instante
La quietud de la mañana despertando
Me sentí dichoso y te seguí mirando
Abrazando fuertemente tu cuerpo palpitante

Fue un instante hermoso
Simplemente te digo gracias…
Me sentí dichoso

Herbert D. Figueroa B.
Viernes 19 de diciembre del 2014

Una mañana de sabado

Tomada en Patzún Julio 2014 Herbert D. Figueroa B.
Tomada en Patzún
Julio 2014
Herbert D. Figueroa B.

 

Debido a circunstancias poco inusuales,  hasta cierto punto extrañas, el camino de mi vida me llevo de regreso a casa de mis padres para pasar unos días. El lugar (mi pueblo natal) se encuentra en  estos momentos pasando un tiempo seco y de mucho calor, días que acá llamamos canícula, puesto que en este periodo de tiempo en mi país ocurre la época de lluvia que llamamos invierno.

En fin me toco pasar esta mañana de sábado, en la tranquilidad absoluta y la compañía más grande que puede haber en este mundo (que solo se equipara creo, con la de los hijos y pareja) mis padres; personajes muy interesantes y únicos, pero, a la vez tan comunes como cualquier otra persona;  pasaban el tiempo de una forma tan usual, entre oficios domésticos sencillos, la música de mi madre siempre tranquila y romántica (instrumental por cierto) hacia un excelente fondo para la quietud y paz que el hogar transpira. Mis anfitriones, son personas de edad ya avanzada, personas que durante su vida se han manifestado de una forma seria y de buena conducta (maestros de profesión) por sus días han pasado innumerables promociones de muchachos y muchachas que ahora gozan de estudios y quienes se han logrado hacer de profesiones, debido en gran parte,  al empeño que mis progenitores han puesto a la tarea de educar, han encaminado de buena forma a todos estos profesionales.

Mi mañana transcurre como dije entre música, cortar y comer moras que crecen en el patio de mi casa, escribir, ayudar en los que haceres de la casa, en fin de la tranquilidad y paz.

 

Debido a esto reflexioné lo siguiente:  “El esfuerzo duro, el trabajo constante, el amor y pasión por lo que haces, tus ganas de vivir, inevitablemente te llevaran al final de tu vida a una vida que si bien no es del todo fácil, si es una vida tranquila, si con el sudor de tu frente te mantienes  constante en el trabajo y te mantienes en tus buenos principios y convicciones, al final la vida te recompensa con una buena vejez”.

 

Sé que la vida de mis padres no es nada extraordinaria, más bien, es de lo más común, lo extraordinario de esto es que a pesar de las penas (las cuales no han sido pocas y lo sé de fuente primaria) ellos han aprendido a superarlas y siempre ver al futuro con alegría y esperanza.

 

Dios los bendiga ya que sin decir nada, una sola mañana me han enseñado que si continúo mi camino con los principios que ustedes mismos me inculcaron, algún día y según mi esfuerzo, quizás pueda disfrutar de una Mañana de Sábado tan hermosa como está al lado de alguno de mis hijos, gracias Papa, gracias Mama por esta mañana.

 

Por cierto ahora la música es flamenca y muy hermosa…

 

Herbert D. Figueroa B.

 

Sábado 19 de julio del 2014