Archivo de la categoría: Relato Corto

El relato es una forma de narración cuya extensión en número de páginas es menor a la de una novela. Aunque el número de páginas no es lo único que se debe tener en cuenta a la hora de determinar un género.
El relato es una estructura discursiva, caracterizada por la heterogeneidad narrativa, y en el cuerpo de un mismo relato pueden aparecer diferentes tipos de discurso.
En general un relato es resultado de la inspiración inmediata (en este sentido comparte su génesis con la poesía), a diferencia del cuento en donde todos los indicios deben llevar indefectiblemente al nudo y luego al desenlace, y por ende requiere un trabajo previo del autor.
De todas maneras, el término relato es en general poco preciso y la mayoría de los analistas y escritores no hacen ninguna diferencia entre ambos términos (cuento y relato).
Algunos autores utilizan el término relato para describir aquellos textos breves en donde no hay una línea argumental precisa o no lleva necesariamente a un punto de tensión como en el cuento.

La Idea

Imagen tomada de la red (Se desconoce su autor)
Imagen tomada de la red (Se desconoce su autor)

 

Tengo un pequeño blog en el cual no he publicado mucho últimamente, me mantenido aislado, alejado y renuente a escribir ahí. ¿Por qué?… es el cuestionamiento en el etéreo ambiente. ¿Cuál ha sido la razón?
Ni yo mismo lo se explicar bien, es esa sensación de querer y a la vez no, de saber que es necesario hacer una pausa y cavilar… solo cavilar, lenta y profundamente sobre la situación, sobre la posible gestación de un nuevo proyecto, de algo que hace ruido en los sótanos de la inspiración, que con fuertes gemidos trata de salir de la obscuridad hacia la luz.
No estoy seguro de cómo será, de cómo resultara, mas la idea está ahí, diáfana y cristalina, brillante como una estrella en medio de la obscuridad, tan sólida como la roca más dura, ni los vientos más fuertes podrán con ella, ya se ve acercarse a la orilla de la playa del mar de la gestación creativa, nada con fuerza por la tormenta de formación, es golpeada por la lluvia de ideas, es puesta a punto por las dudas inquisidoras de que si y que no debe estar en ella, ya se ve su figura dibujada en la cresta de esa ola, se ve resoplante nadar con fuerza hacia la orilla, para emerger como el sol emerge cuando despunta el día. Ya se ve venir radiante como doncella que va al encuentro del amado, si, ahí está ya la inocente criatura, ahí en medio de la nada, en la soledad del universo mental, ahí, ahí, ¡ahí! Espera con fuerza para salir como las aves emergen del cascaron rompiéndolo desde adentro, así, con fuerza empuja desde adentro de la testa de quien escribe estas, esperando poder emerger y ver por primera vez los ojos del lector ávido que con pasión leerá sus líneas, para dibujar las imágenes que se presentan en ella, creativamente en la imaginación del amante lector. Ahí espera, con paciencia ciega, solo espera que empiecen a escribirla, ahí está ya la gentil damisela, esa nova doncella que con irreverente inocencia quiere salir libre a las pupilas y mentes de los que aman las letras.

¡Ahí está la idea!

Herbert D. Figueroa B.

® Martes 17 de febrero del 2014
Derechos Reservados

PD. Lo público hasta hoy porque me encuentro en medio de dos grandes proyectos, los cuales han ocupado la mayoría del tiempo que ocupo para escribir.

El viejo y el gato

El viejo y el gato (autoretrato) Roberto Fischler
El viejo y el gato (autoretrato) Roberto Fischler

Una piedra… si, una piedra, llena de moho blanca por un lado donde el sol le ha dado, verde por el otro donde la humedad la ha tocado, donde el sol no la ha calcinado; una piedra al lado del camino… si, un camino, un camino tan retorcido como el rizo de su cabello, tan conocido como la risa y su mirar tan claro… si, un claro, un claro donde termina el camino, donde no hay árboles, donde crecen las flores, flores que sembraron manos delicadas en el jardín… si, en el jardín, en el jardín donde esperan calladas las rosas, las lilas, los jazmines y muchas más plantas… si, más plantas, más plantas parece tener la pequeña casita que ahora está casi sola, que tiene un lindo porche, solaz y sereno… si, solaz y sereno, donde parce el tiempo estar quieto, done el gato parece congelado… si, parece congelado, parece congelado su recuerdo en medio de la música que escucha el viejo… si, el viejo, el viejo que todas las mañanas camina hasta la piedra… si, la piedra que está al lado del camino, a ver si viene ella por el camino… si, el camino, el camino que barre día con día, esperando ese día en que camine en su compañía hasta el claro… si, hasta el claro, hasta el claro donde termina el camino que el camina con esperanza de ser su última caminata solo hasta el jardín… si, hasta el jardín, jardín que riega día con día que cuida con el esmero de manos delicadas cada una de sus plantas… si, sus plantas, plantas que ella sembró y que cuida con amor para embellecer la casa… si, la casa, la casa que parece adormitada done el gato parece congelado… si, el gato parece congelado, el gato parece congelado y hace compañía al viejo cuando al atardecer ven el ocaso desde el porche, donde escucha música el viejo… si, el viejo, el viejo que con añoranza espera en la casita del jardín, que esta la pasar el claro, a donde termina el camino, el camino donde hay una piedra, que parece eterna, tal cual la espera que hace el viejo acompañado del gato, quien con paciencia y esperanza espera su regreso en total añoranza… lo triste del caso, es que ella se fue a donde el aun no la puede seguir, y el espera pacientemente ese día, el día que por fin parta para acompañar a su amada, más allá de la piedra del camino, del camino del más allá. Y solo espera ese día en la simple compañía del gato que congelado solo le mira.

Herbert D. Figueroa B.

Lunes 15 de diciembre del 2014