Con la frialdad en la mirada
Con gélida caricia del hielo
Vi partir a mi dulce amada
Bajo un triste, nublado y gris cielo
En el frio y solitario patio de nuestra casa
Del árbol cayeron dos hojas
Las cuales el viento no arrastra
Pero se ha llevado los pétalos de las rosas
Ambas hojas son dos tesoros míos
Que guardo en el secreto de mi alma
Que están fuera de estos tiempos vacíos
Más allá de este tiempo, están en calma
Están como congeladas, frías en el tiempo
No, no las daña absolutamente nada
El paso de los días en ellas va muy lento
La eternidad en ellas esta adosada
Una representa su tibio calor
La otra representa una dulce y limpia añoranza
Que algún cercano día vuelva mi amor
A quedarse conmigo, es mi única esperanza
Tengo un pequeño blog en el cual no he publicado mucho últimamente, me mantenido aislado, alejado y renuente a escribir ahí. ¿Por qué?… es el cuestionamiento en el etéreo ambiente. ¿Cuál ha sido la razón?
Ni yo mismo lo se explicar bien, es esa sensación de querer y a la vez no, de saber que es necesario hacer una pausa y cavilar… solo cavilar, lenta y profundamente sobre la situación, sobre la posible gestación de un nuevo proyecto, de algo que hace ruido en los sótanos de la inspiración, que con fuertes gemidos trata de salir de la obscuridad hacia la luz.
No estoy seguro de cómo será, de cómo resultara, mas la idea está ahí, diáfana y cristalina, brillante como una estrella en medio de la obscuridad, tan sólida como la roca más dura, ni los vientos más fuertes podrán con ella, ya se ve acercarse a la orilla de la playa del mar de la gestación creativa, nada con fuerza por la tormenta de formación, es golpeada por la lluvia de ideas, es puesta a punto por las dudas inquisidoras de que si y que no debe estar en ella, ya se ve su figura dibujada en la cresta de esa ola, se ve resoplante nadar con fuerza hacia la orilla, para emerger como el sol emerge cuando despunta el día. Ya se ve venir radiante como doncella que va al encuentro del amado, si, ahí está ya la inocente criatura, ahí en medio de la nada, en la soledad del universo mental, ahí, ahí, ¡ahí! Espera con fuerza para salir como las aves emergen del cascaron rompiéndolo desde adentro, así, con fuerza empuja desde adentro de la testa de quien escribe estas, esperando poder emerger y ver por primera vez los ojos del lector ávido que con pasión leerá sus líneas, para dibujar las imágenes que se presentan en ella, creativamente en la imaginación del amante lector. Ahí espera, con paciencia ciega, solo espera que empiecen a escribirla, ahí está ya la gentil damisela, esa nova doncella que con irreverente inocencia quiere salir libre a las pupilas y mentes de los que aman las letras.
¡Ahí está la idea!
Herbert D. Figueroa B.
® Martes 17 de febrero del 2014
Derechos Reservados
PD. Lo público hasta hoy porque me encuentro en medio de dos grandes proyectos, los cuales han ocupado la mayoría del tiempo que ocupo para escribir.
Aranjuez (Madrid), enero de 2015. Fotógrafo: Daniel Ramos. Publicado 13 febrero, 2015 en 1417 × 945 en Imagen busca poema…
Con la frialdad en la mirada
Con gélida caricia del hielo
Vi partir a mi dulce amada
Bajo un triste, nublado y gris cielo
En el frio y solitario patio de nuestra casa
Del árbol cayeron dos hojas
Las cuales el viento no arrastra
Pero se ha llevado los pétalos de las rosas
Ambas hojas son dos tesoros míos
Que guardo en el secreto de mi alma
Que están fuera de estos tiempos vacíos
Más allá de este tiempo, están en calma
Están como congeladas, frías en el tiempo
No, no las daña absolutamente nada
El paso de los días en ellas va muy lento
La eternidad en ellas esta adosada
Una representa su tibio calor
La otra representa una dulce y limpia añoranza
Que algún cercano día vuelva mi amor
A quedarse conmigo, es mi única esperanza
Herbert D. Figueroa B.
®lunes 02 de marzo del 2015
Derechos Reservados
PD. Poema elaborado para enviar a la Poesía No Muerde
En los arrabales del laberinto de mi alma
Viven ilusiones muertas y sueños rotos
Beben de los manantiales donde no hay calma
En casas desiertas y parajes remotos
La desfachatez de tu amor ignoto
Cual mal gobernante destrozo su existencia
Dejándolos en su desnudes y gran alboroto
Dejando a este amante sin del amor la esencia
Lleno de grietas mortales el corazón
Sangrando a borbollones furiosos ríos
Por culpa de tus banales juicios sin razón
Tus decisiones impones, sentimientos vacíos
Ay de mí, me has dejado sin tu sonrisa
Sin tu voz, sin tu presencia todo desvalido
Cruel de ti, saliste de aquí muy aprisa
En tu partir veloz, me dejaste mal herido
Ay de mí, que ahora no tengo esperanza
A quedado desierta toda la casa
La casa de mi alma llena de desesperanza
Por tu amor mal dado que todo lo abrasa
Herbert D. Figueroa B.
® lunes 02 de marzo del 2015
Derechos Reservados