
Cada vez que me siento enfrente del ordenador o de un lápiz y un papel; mi alma, tal cual animal que se ha encontrado en cautiverio, se siente libre y respira palabras vivas que nacen y se multiplican en mi mente; es ahí donde me siento consciente de mi existencia y de mi amor por esta vida, que pulula en cada letra, que respiran vivas y se nutren de mis sueños y experiencias vividas.
Cuando veo el papel en blanco mi espíritu se aviva y empuja los recuerdos como caballos a galope golpeando en mi cabeza, resonando en mis entrañas como fuegos de mil batallas, como danzas de mil canciones, son mil sueños que deviene juntos al mismo tiempo y a la vez en solitario por el río de mi creatividad, que a torrentes los empuja enfrente de mi vista como una película hermosa como una historia gloriosa, ya ahí viene aquel lindo prado hermoso donde mi niño jugaba sin preocupaciones ni presuroso, donde el cielo se pierde en el horizonte y pareciera no tener fin más allá de mi vista, más bien pareciera ser el comienzo de una nueva aventura, allá donde las aves cantan trinos ensordecedores y a la vez tan arrulladores, allá donde las hadas no son fantasía y los hombres comen poesía, allá donde mi musculo encefálico se nutre a cantaros y se ejercita, si ahí, donde el escrito comienza y termina la fantasía, donde este mundo de ensueño se vuelve realidad en un escrito, ahí donde nace el sueño y se convierte en historia que posiblemente quede grabada en la memoria de la gente de este mundo real y se fundan en uno volviéndose inmortal.
Es ahí donde nace la Espera, es ahí donde estoy Antes del Alba, es ahí donde estoy En el Jardín, es en ese mundo donde mis vivencias nutren la profusa voz de mi musa, es ahí donde canto con voz serena pero que resuena como el trueno en medio de la selva, del campo, del bosque, del desierto o del mar, es ¡ahí, ahí, ahí! en ese mundo donde pierdo mi propia identidad y me vuelvo un simple espectador de la vida de los demás, es ahí donde empujo mi conocimiento al máximo y esgrimo la más fuerte de las armas, la pluma, que será mi cómplice en este asunto y me ayudara en conjunto a escribir un sentimiento más, para que algún lector se dé gusto y se encuentre libre entre lo absurdo reflejándose a sí mismo en el personaje de la trama de este mundo.
Es en el escrito donde mis amores y odios, mis placeres y sufrimientos, mis pesares y mis triunfos, encuentran un nicho donde poder subsistir, pero, no es solo el escrito el mundo que has de degustar, tienes también una vida que llevar, sentir la vida correr por tus venas, el aire insuflar tus pulmones, el calor del sol calentar tus motores, el amor hacerte perder tu razón, para tener experiencias que plasmar luego, en el lienzo blanco del papel, es la vida y tus sueños los que juntos te ayudan a crear nuevos mundos donde otros podrán correr tal cual niños, jugueteando entre versos y letras, entre sueños y quimeras, que quizás otro a escrito pero han de parecerles tan suyas, que habidos querrán engullirlas todas de una a una o de un simple bocado todas, al leer una historia, un poema o un cuento.
No se olviden de vivir la vida, no se olviden de alimentar sus sueños, que no hay vida más mísera que aquella que no vive, que no lee, que no cuenta sus historias ni sus sueños, y que no quiere enterarse de la vida, historia o sueños de los otros a través de un escrito.
Es mi humilde opinión sobre la proeza de escribir y redactar un escrito, gracias por leer esta simple historia.
Herbert D. Figueroa B.
Lunes 14 de julio del 2014.
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